La energía nuclear ha sido objeto de controversia durante décadas, principalmente debido a estigmas asociados a desastres históricos como Chernóbil y Fukushima. Sin embargo, ante la urgente necesidad de fuentes de energía limpias para combatir el cambio climático, es imperativo reconsiderar su papel como una alternativa viable y eficiente.
La energía nuclear, generada mediante reacciones de fisión atómica, es una de las fuentes más limpias en términos de emisiones de carbono. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), las centrales nucleares emiten cantidades mínimas de CO₂ durante su operación, posicionándolas como una opción clave para reducir las emisiones globales y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
Sin olvidar que la inversión en términos nucleares podría detonar en México una oportunidad de crecer la Inversión Extranjera Directa en gran magnitud. Las empresas impulsoras de estos proyectos también deben ser propiamente reguladas.
Geopoliticamente es complicado balancear con quiénes hacer equipo. Sin embargo, países como Francia, Alemania, y EEUU representan una oportunidad para poder plantear opciones occidentales. Mientras que China con sus desarrollos tecnológicos constantes y sistemas de financiamiento preferencial compiten para el desarrollo de dichos proyectos.
Los Reactores Modulares Pequeños (SMR, por sus siglas en inglés) representan un avance prometedor en este campo. Con capacidades de hasta 300 MWe, ofrecen flexibilidad en su implementación, mayor seguridad y eficiencia económica. Países como Corea del Sur y Estados Unidos están invirtiendo significativamente en el desarrollo de SMRs, reconociendo su potencial para acelerar la transición energética.
En México, la Central Nuclear Laguna Verde en Veracruz ya contribuye al suministro eléctrico nacional, generando más del 3% de la electricidad del país con solo el 1.8% de la capacidad instalada. Incrementar esta participación es estratégico para consolidar nuestra soberanía y seguridad energéticas, reduciendo la dependencia de los hidrocarburos y mitigando los efectos del cambio climático.
Además de la generación de electricidad, la energía nuclear tiene aplicaciones en calefacción, producción de hidrógeno limpio, desalinización y suministro de calor industrial. Estas capacidades la convierten en una herramienta versátil para enfrentar diversos desafíos energéticos y ambientales.
Impulsar el sector nuclear en México requiere un plan integral que abarque inversión en investigación y desarrollo, formación de talento científico y adecuación de marcos regulatorios a las nuevas tecnologías. El Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) juega un papel crucial en este esfuerzo, promoviendo la innovación y participación en proyectos como los SMRs.
Mejorar la percepción pública y la aceptación social es igualmente fundamental. La energía nuclear es, por mucho, una de las fuentes más seguras y confiables cuando se maneja con los estándares adecuados.
Mientras el mundo busca soluciones para cumplir con los compromisos climáticos internacionales, es esencial que México considere todas las opciones disponibles. Aprovechar plenamente la energía nuclear nos permitirá avanzar hacia un futuro energético más sostenible y seguro para las próximas generaciones.
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