Mientras el mundo da un giro hacia el proteccionismo y a sentirse con derecho a ciertas cosas, la esperanza de una nueva visión de humanidad no se observa a simple vista. Muchos países han decidido elegir representantes que se quejan de otros seres humanos, en lugar de optar por cómo pueden mejorar su situación actual. Soy un firme creyente en la humanidad y en que no hay divisiones entre todos los humanos. Todos somos una misma especie.
En Europa, el Brexit nos ha dado una lección clave para todos los creyentes del eurocentrismo: las uniones son débiles y frágiles. Son como los granos de sal, la lluvia británica las disolvió. Además, las políticas comunes que se han puesto en marcha para atender la crisis global de refugiados ha creado una enorme división en toda la sociedad europea. Esto ha minado los esfuerzos para el sueño de una Europa unida que muchos de nosotros anhelamos.
Del otro lado del océano, también hay algunos problemas esenciales en los que hay que fijarse. La sin lugar a dudas dolorosa elección de Donald Trump en los Estados Unidos ha golpeado a todos esos liberales por todo el mundo. Además, hay partes importantes de este fenómeno que fomentan el odio y la división, pero que también rompen un considerable número de equilibrio en los Estados Unidos y en el sistema global. Éstos incluyen el equilibrio de la élite financiera, que hoy se ve amenazada por Trump y sus intereses sin duda. Por el otro lado, el equilibrio de los diferentes aliados que Estados Unidos tiene por todo el mundo se ve ahora cuestionado, y eso que Trump aún no ha tomado investidura.
Dos de todos estos aspectos son de interés para mí. Uno de ellos tiene que ver con el Medio Oriente, en donde la crisis de Siria y el desdén con el cual el Occidente ha tratado el tema. En este sentido, ¿los Estados Unidos se aliarán con Rusia o seguirán promoviendo otras perspectivas para minimizar el poder que ejerce Assad en Siria? ¿El costo de estabilizar la región será la consolidación de una dictadura en Siria o una deprimente y débil democracia?
El otro aspecto tiene que ver con China. El estrépito continuo en la región del Pacífico es clave para entender qué nuevos balances se pueden alcanzar. Por un lado, Japón ha consolidado con lentitud sus propias fuerzas proteccionistas, mientras que, por el otro, China se ha vuelto más impaciente y ha buscado impulsar su apetito expansionista en la región: desde crear islas artificiales a expandir sus océanos, a provocaciones al gobierno de Japón y sus intereses. Tampoco olvidemos el reacomodo de las libertades en Hong Kong y su organización política.
Aun así, uno se llega a preguntar, ¿cómo es que Vladimir Putin ha erigido a Rusia como el, quizá, nuevo mediador mundial? Estratégicamente posicionado como un vínculo entre el Occidente y China, actualmente cuenta con la habilidad de crear un nuevo equilibrio en la política internacional. Más que eso, las sanciones impuestas al oeste liberal de Crimea, con el apoyo de la actual élite financiera en decadencia, podrían revertirse. Constantemente he escuchado que Kiev y Ucrania son la cuna de la cultura rusa. Así pues, su separación, apoyada por Occidente, no es vista con buenos ojos. Aun así, ir a los detalles de esto requiere un considerable estudio y entendimiento.
Trump parece que disfruta la oportunidad de empezar de cero. Su inocencia en la política global es una pizarra en blanco para un nuevo orden mundial. En este sentido, ¿buscará, así como parece, el apoyo de Rusia y un aliado contra China? Constantemente él ha mencionado cómo China es una amenaza en materia económica. Pero incluso así Occidente depende mucho de China por toda su producción global y procesos financieros. ¿Comenzará él un cambio dirigido a Rusia?
Y con esto, ¿qué hará Europa? La gran oportunidad europea para construir un discurso de libertad de una nueva Europa ha sido minada por un resentimiento hacia el Reino Unido. Esto mientras, en lugar de ir por los datos de que la Unión Europea está en crisis y requiere de una cirugía mayor. Europa y el mundo, ahora más que nunca, necesitan repensar su modelo económico.
Como una nota final, los tiempos actuales son los más emocionantes de la humanidad. En esta época es cuando tenemos la oportunidad de cambiar y rehacer muchos de los acuerdos y equilibrios anteriores. Somos afortunados. Estas crisis son una mera de repensar nuestras sociedades. No debemos permitirnos ser víctimas de ellas, sino sentirnos agradecidos por la oportunidad de seguir empujando todo aquello en lo que creemos. A través de un profundo entendimiento de estos problemas, y ejecutando acciones clave dentro de la sociedad, es que podremos salir adelante. La decisión recae en uno mismo: no culpar a los demás, sino ser responsable del desastre que hemos creado. Todos nosotros.
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